¿Qué fue antes, la tecnología o el diseño?
En un McDonalds…
– Quería un menú BigMac, por favor
– ¿Lo quiere con patatas y bebida grandes?
– Sí, gracias.
– ¿Desea coca-cola, fanta o agua para beber?
– Coca-cola, gracias.
– Son 10,95€, por favor.
– Aquí tiene.
(el empleado reúne los elementos y los pone juntos en una bandeja que entrega al cliente)
En la consultoría de un programador de Visual Basic…
– Quería una aplicación de gestión de clientes, por favor.
– ¿La quiere con gestión de usuarios y panel de control basado en web?
– Sí, gracias.
– ¿Desea SQL Server, Access o MySQL para gestionar su base de datos?
– SQL Server, gracias.
– Son 2.000 €, por favor.
– Aquí tiene.
(El programador reúne los elementos y los pone juntos en un proyecto de VB que entrega al cliente).
Conclusión
Trabajar apoyándonos en una tecnología ayuda a desarrollar las cosas rápidamente y con bajo coste. Pero ¿es una buena solución para hacer juegos?
Si querías una hamburguesa has hecho bien yendo a MacDonalds, pero si no sabías bien qué querías, y has descubierto que querías comida china por el camino, vas a tener que aguantarte.
Aplicándolo a nuestro entorno de trabajo, ¿sabes perfectamente qué juego quieres hacer antes de ponerte a hacerlo?
Buscar las diferencias
La influencia de la armonía (a través de la música a la que estamos acostumbrados) ha causado que algunas algunas combinaciones de notas nos suenen más agradables (más familiares) y otras más desagradables (más extrañas).
Lo curioso es que, aunque las notas son las mismas, esta percepción suele variar en función de la separación entre las notas: Si tocas dos notas cualesquiera muy distantes no tienen por qué sonar armoniosas, pero no se suelen percibir como especialmente desagradables. A medida que te acercas, parece que la relación entre ambas es más relevante, más obvia, y la sensación que suscitan – cualquiera que sea – es más fuerte. Read More…